jueves, marzo 15, 2007

EL DIABLO SOBRE RUEDAS (COMENTARIO CRÍTICO DE UNA PELÍCULA)


Todo el mundo sabe que las armas las carga el diablo.
Lo que no sabe tanta gente es, que los camiones también los carga el diablo.
Bajo este pretexto, Steven Spielberg nos describe la terrible vivencia de un individuo normal, como tu, como yo, y como todo el mundo, que sufre grandes dificultades para volver a casa en su coche.
El tráfico siempre ha sido un problema a la hora de circular por carretera.
¿Pero que ocurriría si toda la concurrencia del tráfico ha quedado sustituida por un único camión psicópata que quiere verte aplastado bajo sus ruedas?
En ese momento es cuando echas de menos el tráfico.

En 1971 apareció en la televisión una película llamada “El diablo Sobre Ruedas”, (de la que ya he hablado en el párrafo anterior).
Esta película, dirigida por Steven Spielberg, no tardó en aparecer en los cines, ya que además de la inmejorable acogida que había tenido por parte del publico televisivo; era una producción que ha pesar de haber sido ideada para televisión, mantenía todos los ingredientes para convertirse exhibirse en el cine.

En la realización técnica destaca el original posicionamiento de la cámara.
En una escena podemos observar al protagonista desde detrás de la puerta abierta de una lavadora, mientras que una señora recoge la colada, (el efecto es como si miráramos a través de un ojo de buey).
Otro punto a destacar es la más que notoria utilización de los planos con el ánimo de transmitir significado.
Así por ejemplo, el camión muchas veces se nos presenta con un contrapicado que no hace otra cosa que ensalzar su malevolencia.
El personaje protagonista también sale plasmado a veces con contrapicados, pero esta vez para dejar ver la ira y la desesperación.
El uso de la cámara subjetiva en primera persona también es un acierto, ya que nos permite meternos en la piel del personaje.

El único punto que encuentro mejorable, se encuentra en el apartado sonoro.
Los efectos sonoros y la música no son excepcionales.
Aún así, cumplen su cometido.

Como habrá podido comprobar usted, en ningún momento me refiero al conductor del camión. A pesar de que la película nos da a entender que es el artífice de la terrible persecución a la que somete a nuestro protagonista.

Aún aun así, en ningún momento queda claro cual es el verdadero aspecto del conductor.
Además, durante toda la película da la sensación de que el camión está animado por una conciencia maligna, y el único artífice de sus acciones es el y no un ser humano.
Este concepto queda reforzado por un hecho que tiene lugar al principio de la película:
El protagonista telefonea a su mujer para pedirle disculpas, poco después de haber escuchado un programa el cual, un hombre reconoce ser el que se ocupa de la casa mientras su mujer trabaja, e insiste mucho en aparecer frente a los radioyentes como el cabeza de familia.
¿Tal vez nuestro protagonista se encuentre en una situación parecida?
¿Ahogado por las responsabilidades y hastiado por la relación con su mujer?
El camión y el camionero representan un todo. Una misma materia diabólica.
Esta materia ha sido creada subconscientemente por el protagonista. Representa todas sus frustraciones y temores.

Hay quién afirma que cada persona tiene sus propios demonios.



Iván cano Pizarro