Busco a mi musa,
busco y no encuentro.
No se haya en los campos
ni en sus vivos colores,
no se encuentra en los ríos.
Tampoco en las flores
Busco a mi musa,
busco y no encuentro.
No se haya en el cielo
ni tampoco en la luna,
ni en las olas de mares
que mís sueños acunan.
Busco a mi musa,
busco y la encuentro.
En tu ojos de almendra,
en tu piel blanca y pura,
en tu cara de ángel.
Tu sonrisa, o ninguna.
Busco a mi musa,
busco y te encuentro.
Inspiras mi alma.
Te llevo por dentro
3 comentarios:
Hola, anónimo, ¿quien eres?
Gracias por tu emoticono, muy expresivo.
Un saludo.
Qué bonito!, que nunca pierdas ese romanticismo.
Gracias, querida anónima, el romanticismo es algo que tiene que hacer frente a los reveses de la vida que propician que el cinismo se apodere de él, pero, sin duda, es una de las formas más bonitas, y también sufridas, de vivir.
Por cierto, ¿nos conocemos, anónima?
Creo que sí.
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